08 septiembre, 2011

LA CASONA DE TULIPÁN


El barrio de el Cerro antiguamente fue un barrio extramural de La Habana, Cuba. Fue fundado en 1803. Comenzó siendo una estancia, luego un ingenio hidráulico azucarero, y más tarde una capitanía de partido que devino en barrio. El Cerro era la barriada más espaciosa de La Habana y uno de los más ricos durante la colonia.


La barriada, en el s. XIX era un verdadero jardín. Aquí predominaban viviendas de madera o ladrillo, de una o dos plantas, con portales y ventanas sencillas de cristales, piso de madera, cerca de tablas o alambre. Fue un estilo diferente que obedecía a un vecindario también diferente, compuesto por franceses, ingleses, alemanes y norteamericanos. Individuos de orígenes diversos que arribaron a la Isla como tierra de promisión, con intereses comerciales o en misiones oficiales de sus estados. En la calle Tulipán se fueron agrupando paulatinamente y poco a poco marcaron diferencia con lo español. La aristocracia colonial elige al Cerro como sede residencial permanente. Construyen sus “Quintas”; que hacen de la barriada un ejemplo de la arquitectura neoclásica en La Habana del siglo XIX.


En calle Tulipán se encuentra la primera edificación de dos plantas, madera y techo de tejas, marcada por el número 1 antiguo, actual 207, cuya construcción data de entre 1834 y 1836. Este edificio tan longevo desmiente la creencia general de que las casas de madera, en climas subtropicales como el de Cuba, tienen una vida efímera.


La primera referencia de los vecinos que habitaron esta vivienda señala a Federico Hogan Leclerc, oriundo de Limonar en Matanzas, hijo de un holandés y una dominicana. También vivió el notable pintor cubano Federico Edelmann con su esposa. La presencia de Federico Edelmann en esta casa de Tulipán le confiere especial importancia al edificio. El destacado pintor, amigo de José Martí, desplegó una intensa labor luego de su retorno a Cuba hasta su deceso, que lo sitúo como pilar de la cultura cubana en las tres primeras décadas del s. XX.


Maltratada por el tiempo y la falta de mantenimiento, con parte de sus amplios espacios cerrados por peligro de derrumbe, la vieja casa de madera de dos plantas del 207 sigue asomada a Tulipán sin rendirse, demasiado grande para su único ocupante, Wilfredito, mi vecino, quien tampoco se rinde y la habita y protege.



Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero

Casona de Tulipán. Fotografía © Carmen Rivero


4 comentarios: