Nuestro cuerpo deviene entonces como objeto estético, obra de arte; es decir, un ser más expresivo, más libre. Es un nuevo cuerpo que dirige la creación hacia sí mismo. El cuerpo humano aparece entonces como vínculo de comunicación, como experiencia creativa. El cuerpo como idea, se hace denso de significado y de sentido…sirviéndose de la Fotografía para obtener la permanencia de su expresión.
Más allá del momento fugaz, efímero, se materializa el gesto, el movimiento, la mirada, las formas…en una imagen de luz y del instante expresivo decisivo. Alcanza así, de un modo atemporal, a quienes en otro espacio y momento están abiertos a contemplar el cuerpo humano, como motivo plástico y como medio creativo.
Carmen Rivero
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