25 enero, 2011

TEREZÍN, PELOTA ROTA


Siempre he pensado que hay asombro y aturdimiento al salvar grandes distancias y hallarme en otro sitio. Acepto empíricamente que saltando a la comba algunos meridianos en unas cuantas horas nos podemos encontrar en aquella lejanía fabulosa que nos pareció inasequible.


Todas las ciudades acaban por parecerse. Toda ciudad es un mundo que nos habla por medio de símbolos y evocaciones. El diálogo es posible porque de una generación a otra vuelven siempre las mismas cosas, y la ciudad es testigo de esa movilidad esencial que dan los siglos. “Sólo a un loco en su demencia-decía T. S. Eliot- le puede parecer que gira alrededor de lo que gira con él”.


Pues allí me fui, a esa ciudad fantaseada: Terezín, a 60 km de Praga, República Checa. Es más conocida como el campo de concentración de Theresienstadt. Situada cerca de Litomerice y construida por Josef II a finales del s. XVIII, es la muestra única de fortificación de la época del clasicismo. La ciudad fortificada de ladrillos rojos fue utilizada como modelo de guetto judío durante la segunda Guerra Mundial. Allí recordé aquella canción de Silvio “…en invierno y verano es igual: tras alambres no hay estación. Terezín de los niños jugar con la muerte común, mientras pintaban el cielo azul, mientras soñaban con corretear, mientras creían aún en el mar, y los llevaban a caminar para no regresar…”

Terezín debe su nombre a la emperatriz María Teresa. Casi desde sus inicios, la Pequeña Fortaleza fue utilizada como prisión, a la cual fueron enviados, además de soldados, muchos combatientes de las batallas de liberación nacional en Europa Central y Sudoriental.

En marzo de 1939 Bohemia y Moravia fue ocupada por las tropas nazis y las prisiones existentes fueron llenándose como consecuencia del terror nazi, la Pequeña Fortaleza fue transformada en una cárcel de la Gestapo de Praga, en 1940. Los primeros prisioneros fueron trasladados al lugar ese mismo año, el 14 de junio, y durante la Segunda Guerra mundial pasaron por la Fortaleza unos 32 mil prisioneros, de los cuales 5 mil fueron mujeres. Se trató principalmente de checos, sin embargo, con el tiempo fueron incluidos ciudadanos de varias nacionalidades: ciudadanos de la entonces Unión Soviética, polacos, alemanes y yugoslavos. En 1945 fueron encarcelados prisioneros de guerra británicos, soviéticos y franceses.

El destino de los prisioneros judíos fue particularmente difícil. La mayoría fueron recluidos a causa de las más diversos movimientos de resistencia. Para muchos la Fortaleza fue sólo una estación de tránsito en su camino hacia los tribunales nazis, prisiones, penitenciarias y campos de concentración, donde perecieron unas 5 500 personas. Sólo en Terezín perdieron la vida unas 2 600 personas a causa de las pésimas condiciones de la prisión enfermedades y torturas.

A finales de la guerra se expandió en las saturadas cárceles nazis una epidemia de fiebre tifoidea. Los altos mandos nazis nada hicieron por detenerla. Cuando estos escaparon, el 5 de mayo de 1945, médicos y enfermeras de Praga iniciaron una inmensa campaña de ayuda humanitaria, asistidos por la ciudadanía local. El 8 de mayo arribaron a Terezín los primeros vehículos del Ejército soviético y la intervención de sus unidades sanitarias fue decisiva para acabar con la epidemia.

En las inmediaciones de la Fortaleza fue establecido en septiembre de 1945 el Cemeterio Nacional, adonde fueron trasladados y sepultados los restos mortales de unas 100 mil víctimas que perecieron en la cárcel policial de la Gestapo, en la Fortaleza, así como en el gueto judío de la ciudad de Terezín y en el campo de concentración de Litomerice. Por iniciativa de los ex prisioneros y los familiares de las victimas, el Gobierno de Checoslovaquia decidió establecer en 1947 el Monumento de Terezín, cuyo fin es recordar las desastrosas consecuencias de la privación de la libertad, la democracia y los derechos humanos.


Puerta de ingreso

Puesto de guardia. Lugar destinado a censurar la correspondencia de los
prisioneros y donde los mismos eran sometidos a interrogatorios


Oficina del comandante. Dirigida durante la guerra por Heinrich Jöckel,
conocido entre los prisioneros por su crueldad

Depósito de ropa. En este lugar los prisioneros debían cambiar sus
ropas por uniformes militares de los ejércitos derrotados

Entrada con la inscripción "Arbeit macht frei". Esa frase era
común en
gran parte de los campos de concentración nazis

Primer patio. Dividido en dos bloques A y B, en los cuales hay 17
celdas
comunes y 20 confinamientos independientes

En algunas celdas eran recluidas entre 60 y 90 personas

Enfermería

Confinamiento independiente. Utilizado para aislar a los
prisioneros sentenciados a castigos severos

Duchas dónde se procedía a despiojar a los prisioneros

Barbería modelo. Diseñada en 1944 para mostrar cómo las
autoridades
de la prisión respetaban las normas sanitarias

Pasaje subterráneo. Forma parte de la fortificación original, pero no fue utilizada
durante
la ocupación. Conduce al lugar donde eran ejecutados los prisioneros

Patíbulo. En la pequeña Fortaleza las ejecuciones comenzaron en 1943

Cuarto patio. Se comenzó a construir en 1943. Los primeros prisioneros
fueron transportados al lugar en otoño de 1944


Celdas comunes del cuarto patio

Cementerio Nacional. Surgió progresivamente entre los años 1945 y 1958.
Aquí yacen los cuerpos de unas 10 mil victimas

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