Felice Beato (Corfú, 1833 o 1834 - Florencia 1909), fue un fotógrafo británico de origen italiano; el primero en dedicarse a la fotografía en Asia y el Cercano
Oriente. Fotografió en Japón, India, Atenas, Constantinopla, la guerra de
Crimea, y Palestina. También es famoso por sus trabajos de género, retratos,
fotografías de vistas y panoramas de la arquitrectura y paisajes de Asia
y de la región mediterránea.
Sus viajes a
muchas tierras le dieron la oportunidad de crear imágenes poderosas y duraderas
de diversos países, individuos y eventos que no eran familiares para la mayoría
de las personas en Europa y Norteamérica. Sus trabajos proveen imágenes de
crucial importancia sobre la Revelión de la India de 1857 y la Segunda Guerra
del Opio representando sus fotografías la primera obra sustancial de lo que se
convertiría en el periodismo fotográfico. Su trabajo tuvo un impacto
significativo en la fotografía de la época, y su influencia en Japón, donde
trabajó con numerosos fotógrafos y artistas haciendo simultáneamente las veces
de maestro debido a su experiencia, fue particularmente profunda y perdurable.
Uno de los grandes méritos de Felice Beato consistió
en superar las limitaciones de este tipo de trabajo con los medios técnicos
entonces vigentes. Dominar el complejo sistema de tomas fotográficas con el
colodión húmedo no era tarea fácil y su experiencia anterior le ayudó a
perfeccionar su método de trabajo. También fue pionero en el coloreado a mano
de copias y en la elaboración de panoramas. Es posible que Beato aprendiera
esta técnica de Charles Wirgman.
Entre noviembre de 1861 y 1863, año en que Beato
se trasladó a Japón, se interesó por la explotación comercial de sus
fotografías de India y China. Sólo durante el mes de noviembre de 1861 llegó a
vender más de cuatrocientas fotografías en el establecimiento de Henry Hering,
quién después las duplicó y
revendió. En 1886 Beato llega a Yokohama donde iniciaría la etapa más
comercial de su carrera. Allí se dedicó a hacer retratos de los habitantes de
las grandes ciudades y de los pequeños pueblos, donde captó con su cámara no
sólo el rostro de los personajes, sino también el ambiente que les rodeaba, los
paisajes que había visto reflejados en más de una ocasión en la pintura de
artistas japoneses y occidentales. En 1868, con parte de estas imágenes,
publicó su libro Photographic Views of Japan.
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
© Felice Beato
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