En la Plaza de Armas, sitio fundacional y primer espacio público de la Ciudad de La Habana, tuvo lugar el pasado mes de julio una acción poética coordinada por la poeta cubana Soleida Ríos: “Susurro”.
Susurrar, porque no se trata de lectura desde un podio, de incidencia colectiva sino del acercamiento a alguno de los transeúntes para, si éste consiente, leerle o, memorizado previamente, decirle un poema breve o fragmento de un texto mayor que a juicio del “susurrador” pueda llegar a la persona en cuestión.
¿Qué se busca? Acercar la poesía a las personas, (con) moverlas, fraternizar. Que el gesto equivalga a un abrazo.
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